miércoles, 30 de septiembre de 2009

Borracho Pero Con Reflejos.

Manolo se despierta en casa con una tremenda resaca, casi no recuerda nada de lo que hizo anoche. Se esfuerza en abrir los ojos, y lo primero que ve es un par de aspirinas y un vaso de agua en la mesita de noche. Se sienta y ve su ropa toda bien limpia y planchada frente a él.

Ya un poco mosqueado, mira alrededor de la habitación y ve que todo está en perfecto orden y limpio.

Coge las aspirinas y ve una nota sobre la mesa:
- Cariño, el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer unas compras. Te quiero.

Así que va a la cocina, y cómo no, ahí estaban el desayuno y el periódico del día esperándole.

Su hijo también está en la mesa, desayunando.

Manolo le pregunta:
- Hijo, ¿que le pasó ayer por la noche a tu madre? Esperaba una bronca de mil pares de narices, y me encuentro hasta el desayuno preparado.

Su hijo le contesta:
- Pues sí Papá, volviste a las 3 de la madrugada, borracho, meado encima y gritando. Rompiste algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando te diste contra la puerta.

Confundido, Manolo pregunta:
- ¿Y a pesar de todo eso cómo es que me deja tu madre incluso una nota cariñosa? Esto no me cuadra…

Su hijo contesta:
- ¡Ah, eso! Mamá te arrastró hacia el dormitorio y, cuando intentó sacarte los pantalones, tú gritaste: ¡Quieta zorra! ¡Qué estoy casado!

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